La educación en sexualidad adolescente, tratamiento de familia no de escuela

11.11.2008 07:58

Aunque los programas en educación sexual son numerosos, Medellín tiene uno de los más altos índices de embarazos. Una de cada cuatro embarazadas es una adolescente, en su mayoría solteras y en muchos casos no cuenta con el apoyo de su familia.

 

Sara Cuervo C.

 

Recientes estudios acerca de la educación en sexualidad adolescente como la investigación Fecundidad adolescente y pobreza, presentada por la Ph.D Carmen Elisa Flórez, docente de la Universidad de los Andes de Bogotá, muestran que Medellín, seguida por Bogotá, presentan los más altos índices de crecimiento de embarazo adolescente. Son precisamente estas cifras la alerta que ha generado la creación de nuevos programas y campañas a nivel municipal y nacional que buscan prevenir los embarazos no deseados, educar sobre enfermedades de transmisión sexual y métodos de planificación familiar.

 

La Alcaldía de Medellín y Profamilia  llevan la vocería en cuanto a programas de sexualidad se refiere pero en el caso del segundo este no cubre ni la mitad de la población vulnerable e incluso las consultas tienen un costo el cual es destinado para la manutención de la entidad. Entre los proyectos del gobierno Municipal se encuentran, el Proyecto Sol y Luna y Escuelas Saludables,  programas dedicados primordialmente a la prevención en crisis y situación sicológica. Pero mas que proyectos, los niños y adolescentes de hoy necesitan un sistema de educación que reafirme primero su autoestima y que brinde apoyo a la familia y brinde un código moral y espiritual, basados en una educación integral de familia, escuela y sociedad que le sirvan de apoyo en la lucha por su existencia y sostenga los ideales sociales que finalmente no son otra que el ideal de felicidad que el joven percibe frente a la familia, y su circulo social.

 

 

Aunque la educación sexual por si sola no determina el fracaso o el éxito de los índices de embarazos en la ciudad si es fundamental enseñarle a los jóvenes, por medio de la educación los riesgos a los cuales se encuentran expuestos, pero las propuestas educativas acerca de sexualidad, ofrecidas en los últimos años no tienen muy en cuenta que las decisiones sexuales de los adolescentes están determinadas por factores muy distintos a los técnicos de cómo usar un condón o una amplia información acerca de enfermedades de trasmisión sexual y planificación familiar.

 

Es importante tener en cuenta que los adolescentes se encuentran en una edad especialmente vulnerable donde las opiniones de sus amigos juegan un papel importante a la hora de tomar decisiones; “Los jóvenes buscan aceptación, aspectos que en la mayoría de ocasiones las determinan sus creencias sociales, la expectativa de conquista y seducción, la percepción de normas reguladas por su grupo de amigos y su reconocimiento como hombre y mujer que requiere sobre cualquier otra cosa ser parte de un círculo de amistades donde jamás el adolescente puede quedar mal con el otro” afirma  Luz Miriam Lotero Arango, psicóloga especializada en situaciones de crisis en jóvenes”.

 

 

Una vez es claro que no es la educación sexual el único método que incide en la prevención de embarazos adolescentes, sino que además es determinada por múltiples factores como el social, económicos y cultural, porque estos programas no han re direccionado su trabajo a un concepto amplio del acompañamiento al adolescente.

 

Es cierto que la educación sexual como tal debe procurar por la ayuda técnica, sobre el uso de métodos anticonceptivos o preventivos, pero educar sexualmente trata además de normas de comportamiento del individuo frente a situaciones reales como el consumo de alcohol, drogas e incluso la influencia de los medios de comunicación, el adolescente debe tener la oportunidad de pensar con cabeza propia en situaciones que impliquen su correcta determinación a la hora de tomar las decisiones adecuadas, pero esto solo se logra por la consolidación moral y de conciencia que una educación integral le haya brindado en años por parte de la familia, la escuela y la sociedad.  Es precisamente ese vacío que existe en estos conceptos que la educación en sexualidad por si sola no tiene los efectos esperados en cuanto a prevención se refiere, no logran el efecto deseado por varias razones, pero si un padre de familia se preocupará por hablarle a su hijo y dar ejemplo de valores el podría tener herramientas de conciencia para enfrentar situaciones, pero si el padre es quien mas ingiere alcohol y además a temido abordar estos temas con su hijo, ¿que puede garantizar que la educación en sexualidad sí lo hará?.

 

El estudio de la doctora Flórez también señaló que el fracaso de la educación sexual en el país tiene que ver con el hecho de que los responsables de su ejecución son “expertos” invitados por las instituciones educativas para realizar conferencias que pocas veces tienen en cuenta las necesidades específicas de las y los jóvenes. El contenido de dichas presentaciones tiende a ser el mismo y, por lo tanto, ignora asuntos tan relevantes como la edad de la audiencia, el contexto del que proviene y su experiencia previa tanto con el tema como con las relaciones románticas y sexuales. Estas acciones no logran el efecto deseado por varias razones, pero la más importante es que la información llega a destiempo, en un contexto desprovisto de la cercanía emocional que requiere el abordaje de estos temas, no responde a las inquietudes que van surgiendo con la edad y no favorece el desarrollo de una sexualidad saludable. La situación se agrava si se considera que la calidad de las intervenciones varía en función de los recursos financieros y humanos disponibles en las instituciones y comunidades, siendo más deficientes en las más vulnerables. Lo más grave es que este tipo de intervenciones mantienen la creencia infundada según la cual “la mayoría” de adolescentes tiene relaciones sexuales, en tanto que no aclaran que sólo la tercera parte de jóvenes tiene relaciones sexuales antes de los 18 años. Esta creencia es un factor determinante de la edad de inicio de relaciones sexuales. Afirma la especialista.

 

Por último, el estudio mostró que niños, niñas y  jóvenes no disponen de espacios de interacción seguros y confiables para plantear sus inquietudes acerca de la sexualidad y para obtener respuestas oportunas, precisas y científicas porque tanto en la familia, como en las instituciones de educación y salud, los adultos se sienten incompetentes para asumir los procesos de formación en sexualidad de niños, niñas y jóvenes.

 

Elizabeth García, Psicóloga Alcaldía de Medellín,  programa Sol y Luna, afirma que en la ciudad no existe un fracaso de Educación sexual, sino que se debe considerar los demás factores que influyen en un adolescente para quedar en embarazo a temprana edad, como por ejemplo, el circulo social que los rodea y muy importante el sector en el que habitan ya que los estratos sociales marcan una diferencia de los motivos por los cuales los jóvenes se ven envueltos en estas situaciones a corta edad.

 

En cambio la doctora Flórez, explica en su investigación que los profesionales hacen parte fundamental de éxito o fracaso de la Educar en sexualidad ya que además los principales agentes de socialización sexual, también tienen dificultades de acceso a programas educativos sobre el tema de la sexualidad,  por lo cual se sienten inseguros sobre su papel en el proceso de educación sexual y sobre su capacidad para asumir eficazmente su tarea. ¿Puede entonces pensarse que ambas opiniones son validas?

Este Tema de discusión pasaría entonces a ser objeto de discusión de muchos campos el social, el sexual, el familiar, educativo, ya que el ser humano es complejo y las situaciones que vive son multi-causales y no obedecen a una sola causa.

 

Puede ayudar sustancialmente que  los padres de familia asuman de manera responsable incluso antes que el joven educar sexualmente inculcando en su hijo las actitudes que debe asumir ante situaciones que con total seguridad se vera comprometido, encontrara con mayor facilidad los elementos que requiere para actuar de manera correcta, esto se logra con amor y dialogo, no delegando a la educación sexual y los docentes se la responsabilidad de educar en sexualidad.

 

 

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